La Rola Fundante Básica

“Oh Lord, please don’t let me be misunderstood”



– Nina Simone, Don’t Let Me Be Misunderstood.

¿Qué diferencia a la inspiración del plagio? ¿Las sociedades tienen derecho de propiedad sobre sus productos culturales? ¿El significado siempre está aferrado al “primer vocalista” que originó una idea? ¿Siquiera existe una “primera idea”? Muchas de estas preguntas recorrieron mi mente al pensar en este nuevo tema: la apropiación. Este verbo se percibe como un rompimiento de la originalidad, algo moralmente reprochable. Aquel que ha originado un producto cultural se ve alienado ante un agente cuyo megáfono le permite ser escuchado más fácilmente.

La apropiación cultural puede ser entendida como la utilización de elementos culturales típicos de un colectivo étnico por parte de otro, despojándola de todo su significado y banalizando su uso. Dicho de forma más breve, es lo que ocurre cuando se usurpa un elemento cultural con finalidades que nada tienen que ver con las que se le atribuyen

Esta circunstancia puede ser preocupante. Un claro ejemplo del (posible) efecto perjudicial de este verbo se puede ver en el mundo de la moda. Distintes diseñadores de marcas “haute couture” han sido acusades de tomar diseños, patrones y conceptos ajenos a su cultura, para su propio lucro. Briggite Vézina ilustra el caso: “…en 2015, la marca de moda británica KTZ copió un diseño tradicional de parka inuit en un suéter de caballero con un precio elevado de más de 700 dólares de los Estados Unidos. Si bien la moda no será central al presente, este hecho deja en evidencia el peligro de la apropiación cultural.

Por otro lado, la protección de derechos de autor puede llevar a extremos indeseables. El derecho de propiedad intelectual en Estados Unidos puede llegar a abarcar desde canciones, acordes hasta colores. Este hecho representa una limitación a la posibilidad artística de aquelles que buscan inspiraciones en otras personas y sus obras. En particular, aquelles que no cuentan con el dinero como para pagar derechos de autor en sus trabajos. Sí, la originalidad e improvisación son excelentes. Pero como señala Ramshaw: “Improvisation can be neither purely spontaneous nor completely determined by the musical structures with which it engages“.

La apropiación no es algo nuevo para la música ni para el derecho. Los préstamos (borrowings) son comunes tanto en la música (blues, folk, country) como en el derecho. En Argentina, Carlos F. Rosenkrantz se da a la tarea de reflexionar sobre las repercusiones de los préstamos en la Constitución: “Argentina ha practicado incansablemente el “préstamo constitucional”, y lo ha hecho con particular extensión en dos áreas fundamentales del derecho constitucional: el diseño institucional y los derechos fundamentales.

En la música podemos mencionar a “Like a Rolling Stone”. Esta es una de las canciones que más se asocia con la época de los sesenta. El verano del amor parece bailar al son de Dylan. Pero une no tiene que hacer más que mirar detenidamente a su letra para notar la evidente paradoja. En esta canción Bob Dylan está enojado, furioso. Él se refiere de manera despectiva a alguien:

Once upon a time you dressed so fine.

Threw the bums a dime in your prime, didn’t you?

People call say ‘beware doll, you’re bound to fall’.

You thought they were all kidding you.

You used to laugh about

everybody that was hanging out.

Now you don’t talk so loud,

now you don’t seem so proud

about having to be scrounging your next meal

La práctica y comprensión generalizada cambiaron el significado de la canción de aquel propuesto por el autor. Al respecto, no queremos formular un juicio de valor acerca de la resignificación de la canción. Simplemente, los consumidores reinterpretaron el producto musical de Bob y le asignaron valor propio. El mismo Bob Dylan parece dejar abierta a interpretación el significado de sus canciones. Cuando el entrevistador Klas Burling preguntó a Dylan por el significado de la canción “Rainy Day Women #12 & 35”, él contestó lo siguiente:

Well, you know what it’s against and what’s it for. I don’t need to tell you that. My songs are all mathematical songs. You know what that means, so I’m not not gonna have to go into that. So this specific one here happens to be a protest song and it borders on the mathematical idea of things, and this specific one “Rainy Day Women”, happens to deal with a minority of cripples and Orientals, and the world in which they live. It’s sort of a north Mexican kind of a thing, very protesty. Very, very protesty. And one of the protestiest of all things I’ve ever protested against in my protest years.

Retornando al aspecto perjudicial de la apropiación, a Bob Dylan se le acusó de plagio, ya que la melodía de “Blowin’ in the Wind” está claramente inspirada en “No More Auction Block”. Se debe notar que Dylan obtiene inspiración para su trabajo de canciones antiguas sin orígenes claros, generalmente provenientes de artistas afroamericanos. Un fundamento musical esencial a su formación como joven músico proviene de “La Antología de Música Folk Americana”. La cualidad característica de esta colección musical reside en su carencia de origen. La tradición folk se define por su transmisión oral entre familias y pequeños grupos sociales. La línea de la apropiación se vuelve un poco más tenue, pero sigue ahí.

A continuación, miraremos a la obsesión de los orígenes en la tradición occidental (1). Después, se hará un análisis sobre la evolución de significado tanto en el derecho como en la música (2). Por último, concluiremos que la práctica de la apropiación es necesaria para la creación y transmisión de conocimientos. A su vez, se prevendrá sobre el peligro que representa que una cultura hegemónica engulle tradiciones ajenas a la suya.

Grundnorm

Temida por estudiantes de derecho en México, amada por ex-presidentes de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, un “presupuesto epistemológico” y el corazón de la Teoría Pura del Derecho. Para las personas que no tengan el privilegio de conocer este enigma filosófico, la norma fundante básica funge como uno de los conceptos centrales en la visión del derecho que presenta el filósofo del derecho Hans Kelsen. Kelsen construye una estructura del derecho (usualmente representada con una pirámide) en la cual la validez de una norma proviene de otra, de rango superior. Esta concatenación de validaciones conduce a una frontera histórico-temporal. Un eventual límite.

Antes del límite, la estructura ya presentada llega a su punto último. Una constitución final no podrá obtener su validez de otra de orden superior. En este límite, Hans Kelsen nos presenta su innovadora propuesta. Su entendimiento del derecho requiere un presupuesto epistemológico que permita cortar lo que de otro modo sería un regreso al infinito en la cadena de validación. A grandes rasgos, una norma fuera del derecho que otorga validez a un sistema jurídico. Esta es la norma fundante básica, fuente de fuentes, no puesta sino sólo presupuesta. ¿A qué viene Hans Kelsen en todo esto?

La visión de Kelsen refleja la obsesión por un primer punto de partida, un momento inamovible. Esta necesidad de un punto primerizo se liga con el de autoría. La apropiación implica necesariamente un grupo originario. Pero esto no siempre es posible. Los derechos de autor y de autoría son el producto de una práctica relativamente reciente. En la música, la transmisión de conocimientos se ha hecho principalmente de forma oral. El folk es un claro ejemplo. Por más que busquemos, no lograremos encontrar un instante originario de las canciones que componen la tradición oral.

Dentro de la música, podemos notar lo mismo con Dylan. En sus trabajos tardíos como Time Out of Mind, “Love and Theft” o Modern Times, Bob regresa a sus inspiraciones iniciales. ¿La Antología de Música Folk Americana se constituye como una “Rola Fundante Básica”?  Esta recopilación con ascendencia ancestral, fuera de un sistema de derechos de autor personal, parece asemejarse a una fuente de fuentes en la música estadounidense. ¿Podría ser que la Antología de Música Folk Americana es a Bob Dylan, lo que la grundnorm es a Kelsen?

El hecho de que no se pueda llegar a un origen no significa que se deba dar rienda suelta a la apropiación, así como tampoco realizar una obsesiva búsqueda originaria. El derecho y la música se constituyen como institución y práctica en sociedad. No necesitamos una Rola Fundante Básica de la cual obtengamos un sistema de validez de las demás canciones. El verdadero problema aparece cuando una cultura hegemónica logra apoderarse y silenciar la fuente de inspiración de alguno de sus contenidos.

La captura de significado

Como un ávido fan del rock, siempre me ha parecido peculiar que Elvis Presley se considerara como “el Rey del Rock”. O por otro lado, que Eminem haya sido “canonizado” como el “Dios del rap”. ¿Por qué no se consideran como monarquía absoluta del rock a Chuck Berry o Little Richard? ¿Por qué Tupac no resguarda las puertas del Edén, lado a lado de San Pedro?

El sistema económico actual ha logrado engullir cualquier tipo de fenómeno social que se le ha atravesado. Los “géneros disidentes” que rompían con el status quo de la industria musical, se han convertido en otro bien comercializable. Este es el gran peligro de la estructura capitalista: la disidencia se transforma en producto. Algunos géneros musicales que han pasado por este proceso son el blues, el jazz, el bebop, la cumbia (en México) y el reggeaton. Prima facie hay grupos específicos que consideraron a estos géneros como alocados, revolucionarios o inmorales. Ramshaw identifica el carácter disruptivo del bebop:

“Many other factors contributed to bebop’s “wild” and “revolutionary” reputation. Perhaps the most significant was the “black character of the revolution” (DeVeaux 18): “black musicians [such as Charlie Parker, Dizzy Gillespie, Thelonious Monk and Bud Powell, to name a few] dominated bop in a way that they had not dominated other forms of jazz since the early days” (Collier 209). Many argue that bop was developed in order to prevent the parasitic appropriation and exploitation of jazz by white musicians, musicians who had, in the past, “stole” swing (and ragtime) and who were then offered all the best recording contracts and live performances (Allsop 33; Green 39; Hentoff “Race Prejudice” 73; Ellison 212; Hore)“.

Ramshaw deja en claro que la (eventual) apropiación del jazz y el repudio por el bebop nace de un conflicto cultural. La asignación y relación de características de artistas afroamericanos fue considerada desdeñable por muchos críticos musicales:

It was the music. […] It made you do unwise disorderly things. Just hearing it was like violating the law.” Toni Morrison (Jazz 58)

Bop was labelled “mad, wild, frantic, crazy” (Hughes 118)

Many other factors contributed to bebop’s “wild” and “revolutionary” reputation. Perhaps the most significant was the “black character of the revolution” (DeVeaux 18)

Paradójicamente, un artista blanco nos ofrece una respuesta sobre la captura musical por parte de una cultura hegemónica: Macklemore. Desde su plataforma privilegiada como artista blanco, Macklemore revela su ambivalencia ante la apropiación de la cultura blanca del rap y el rock en dos de sus canciones, “White Privilege” y “White Privilege II”. En la primera de estas, el rapero espeta:

Now I don’t rap about guns, so they label me conscious

But I don’t rap about guns ‘cause I wasn’t forced into the projects

See I was put in the position where I could choose my options

Blessed with the privilege that my parents could send me to college

Now who’s going to shows, the kids on the block starving?

Or the white people with dough that can relate to my content?

Marketed the music, now adapted to the lifestyle

What happened to jazz and rock and roll is happening right now

La actividad de apropiación es un negocio peligroso. Podemos cambiar significados enteros para constatar un mensaje totalmente nuevo (véase “Blood on the Leaves”, de Kanye West). Es posible silenciar a una comunidad y lucrar a partir del silencio. Pero de igual manera, la producción musical debe reutilizar contenidos. En mi opinión, proteger con “cláusulas pétreas” distintos objetos culturales limitaría la actividad creativa. Pero una libre disposición de contenidos deja en desventaja a quienes no tienen los recursos necesarios para defenderse de estos “devoradores de contenidos”.

Un diálogo vivo y constante permite que distintas sociedades se enriquezcan mutuamente. No debe ser reprochado que las canciones de Dylan sean utilizadas en “protesta”, cuando él quizá no las diseñó así. Pero el silenciar sistemáticamente culturas y tradiciones por medio de una toma de formas y contenidos repercute en todes. Siempre debemos dar crédito donde es debido, denunciar allí donde no se lo hace y estar conscientes de que no siempre estamos legitimados para expresar o enunciar desde nuestro punto de vista. A veces, nos puede corresponder callar. Y escuchar.

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