“La mejor canción de la historia” es un término subjetivo. Existen tantas canciones que han pasado a la historia que el afirmar que una es la mejor resulta inapropiado. Pero, pensando un poco más allá, puedo decir que existe una fórmula para descubrir cuál es la mejor canción de la historia.
La mejor canción de la historia es aquella que hace sentir a quien la escucha; sin importar si el sentimiento es de tristeza o felicidad. Porque esa es la finalidad de la música: llevarnos hacia emociones fuertes y transportarnos a lugares que se encuentran en nuestra memoria o imaginación.
Cualquier canción que sea capaz de llevarnos de nuevo a aquel día, aquel lugar, aquella persona; es la mejor canción de la historia.
Existen tantas “mejores canciones de la historia” como existen personas. En mi caso, la mejor canción de la historia es Robbers de 1975. Esa canción consigue moverme por dentro; hace que me vuelva a sentir yo: y por eso, es la mejor canción de la historia para mí.