La música es frenesí, alegría, tristeza, rabia, rebeldía, ritmo, cadencia, caos, disciplina, contraste, emancipación, energía, melancolía, creatividad, honestidad, amistad, guitarrazos. En una palabra: es vida.
En el contexto de una pandemia marcada por la desigualdad y la indiferencia, pero también por la esperanza y el hambre de volver a sentir la música, en este grupo de escritura y lectura nos hacemos preguntas como: ¿qué lecciones nos da el metal para ser mejores constitucionalistas? ¿Los narcocorridos están protegidos por la libertad de expresión? ¿Qué dice Bob Dylan del “sistema” penitenciario? ¿Cómo la irreverencia del punk informa el análisis crítico del derecho? ¿Por qué tenemos un himno nacional tan bélico y xenófobo y no uno que apele a la diversidad y a la paz? ¿Tendríamos una mejor suprema corte si al menos une ministre tocara el chelo?
Este blog se creó para vaciar todas esas cuestiones en textos cortos que visibilicen esa relación entre el derecho y la música.
Estudiantes, docentes y amantes de la música bienvenides.