EL METAL Y SUS BEMOLES: una mirada personal al movimiento musical metalero

El metal es un movimiento cultural del que se habla poco, sobre todo en México que es un género segregado por ser un género musical de importación, sin embargo, ha encontrado la forma de integrarse al mainstream  en los últimos años, causando gran conmoción por nuevos consumidores,  integrándose en el auge de la cultura de tatuaje,  la actitud rebelde, un prototipo de origen principalmente estadounidense, cumpliendo con esos estándares. Hoy podemos verlo de ese modo, sin embargo no  siempre fue así, en la década de los 80’ cuando estaban prohibidos los conciertos de rock y metal en México,  se veía los conciertos de metal aún más lejano, pero eso no detuvo a los amantes de esta música y su cultura,   intercambiando la música en vinilos y cassetes, en el legendario tianguis cultural del chopo, haciendo toquines clandestinos es la forma en la que surgió este movimiento y cimientos de los que  hoy conocemos como Metal, es interesante imaginar, el rezago cultural al que se enfrentó este país por los estándares de cultura y moralidad y la falta de libertad de expresión, data  de el año 1968  cuando los jóvenes buscaban  expresar sus derechos y necesidades como estudiantes y hoy conocemos la terrible represión que esto conllevó , podemos recordar la visita de la banda The Doors, sin oportunidad de presentarse en plaza de toros, pero debido al sexenio de Ordaz sólo consiguieron una presentación clandestina en un pequeño foro en la ciudad en México, haciendo aún más audaz la hazaña de estos jóvenes en busca de  espacios musicales, enfrentando una realidad del país donde esto era rebeldía en su máxima expresión, desafiando el sistema.  “El PRI no permitió que el rock llegará, estaba prohibido. En México la censura era muy fuerte, más que en otros países, como la URSS. Ya llegó Salinas de Gortari, y ya llegó hasta el punk, pero nadie traía nada, porque tronaba” Badillo(2019) menciona Arana en entrevista.

Años después encontramos una apertura no sólo de espacios, sino de intercambio de música, oferta de bandas internacionales en concierto desde Metallica hasta las bandas más locales.   “Los conciertos de rock en México estuvieron vedados, era una ley no escrita, dijo Federico Arana, el mismo de Las Jiras y Guaraches de ante azul. El veto se mantuvo hasta el sexenio de Carlos Salinas de Gortari (1988-94), y el arribo de la empresa Ocesa de Alejandro Soberón.”(Badillo, 2019). Ya con esa apertura surgieron otros géneros, es interesante resaltar las diferencias entre ellos, el auge y diversidad no sólo musical sino en los ritos sociales que representa cada uno de ellos. Hoy podemos señalar múltiples géneros y subgéneros, thrash metal, death metal, heavy metal, speed metal, metal progresivo, metal industrial, sinfónico, brutal death, technical brutal death, por mencionar algunos. Es interesante a nivel artístico y musical las características que los define por ejemplo el contenido de las letras, estructuras melódicas, tempo, ritmos; a nivel social: vestimenta, actitud, peinado, accesorios, lugares concurridos.

Yo recuerdo cuando empecé a escuchar este género, la importancia de la playera que usabas, mientras más desconocida la banda mejor, despertar los sábados para ir al chopo y conseguir nuevos discos, de ahí ir al legendario bar Español, donde se juntaba casi todo tipo de metalero, podíamos poner música en la rocola, beber para ir al toquin en puerta, asistir a los conciertos más esperados era casi una obligación,  eso te define junto con el largo de tu cabello o el tipo de vestimenta, así como musicalmente hablando uno puede diferenciar los distintos géneros, se pueden encontrar diferencias entre metaleros.

El chaleco “thrasher” con los parches de bandas de los conciertos que uno había ido, se llevaba como una especie de medalla de las batallas que había librado, tenis old school, mientras más gastados mejor, una playera con una portada que claramente aludía a la crítica social, algo muy característico de las letras del thrash metal, desde clásicos como Peace Sells… But Who’s Buying? de la banda estadounidense Megadeth o Annihilation of Civilization de los también estadounidenses Evildead.

A problem breed of thoughtless born

Agression runs along the lines

Influence pushes the mass design

Infected nation

Infected Nation – Evile

Si bien el thrash metal se caracteriza por sus letras serias y de crítica, encontramos también un lado más divertido o causal en bandas como Tankard quienes parecen estar más interesados en hacer canciones que te hablan de la cruda o su última borrachera como The morning after. Después del thrash llegamos a los amantes del glam y el hard rock que con sus pantalones entubados, de preferencia de cuero o mayones con estampados de animal print,  lucían sus cabelleras alaciadas o con crepé, escuchando “Girls, girls, girls” de Mötley Crüe en camino al próximo concierto o punto de reunión. Aquí podemos encontrar un contenido de letras un poco más superficial, dejando de lado la crítica política o social, las letras van más hacia el desamor o la lujuria, aquí es donde se vuelve  imprevisible estar bien arreglado para el concierto con los elementos anteriormente mencionados. Esto contrastaba con un gótico, gabardinas, botas de cuero y en ocasiones maquillaje, eran imprescindibles si querías ir al uta en el centro de la ciudad antes o después del concierto.

El contenido de las letras contrasta bastante con los anteriores géneros , se deja del lado cualquier intento de crítica  social, para centrarse más en temas como los vampiros, la oscuridad o el amor (Lacrimosa). Por último mencionaré  el black metal, muy de la mano con el viking metal. Es interesante leer el contenido de sus letras así como sus portadas de discos, ambos géneros tienen en común la reinvindicación de los dioses nórdicos antiguos, si bien el black metal se fue al extremo quemando iglesias en noruega o hablando de demonios en sus letras, esto se hacía como una protesta por la imposición de la religión que desplazó a sus antiguos dioses. Como característica principal en este género encontramos el uso de maquillaje negro y blanco en el rostro (Mayhem). En el viking metal encontramos letras y portadas mucho más épicas donde más que desacreditar a la religión católica se enaltecen los dioses antiguos (Bathory).

De igual manera, los foros parecían que  iban de la mano con el género, ¿que es más “true” que ir a tocar a un bar en donde la valla que divide el escenario y al público es un alambre de púas ? Algo en definitiva muy contrastante con foros más amables donde se tocaba metal progresivo , el público incluso sentado,  únicamente escuchando y analizando las canciones, se consideraba un éxito. Ahora  que si lo tuyo eran los subgéneros más pesados, si no se armaba el “slam” o el clásico “head banging “ aunque al siguiente día amanecieras adolorido, este concierto se consideraba un fracaso.En el aparente caos del famoso slam había un orden bizarro, si alguien caía, lo levantaban, había momentos para hacer el slam y momentos  para descansar, hidratarse con la chela como un deportista con una bebida deportiva. Había que estar bien hidratado y con la suficiente energía para emprender el regreso a casa, aunque lo más seguro es que de ahí se iría  a buscar donde seguirla, escuchar metal hasta el amanecer contando las historias del concierto, recomendar alguna nueva banda, tomarse fotos para el face, se formaban nuevos lazos de esta hermandad metalera.

Este cúmulo de experiencias son solo algunos de los aspectos que considero destacan cuando te relacionas en este medio del metal, si no estás insertado en este movimiento puede parecer que todos visten de negro, son malos y escuchan música pesada, sin embargo es toda una cultura con peculiaridades y roles sociales que son más genuinos de lo que parece, sin embargo considero que es un dispositivo que otorga identidad, principalmente a los más jóvenes que conectan con estas ideas, siendo una manifestación cultural, ideológica y artística no reconocida a nivel social por las políticas culturales trayendo como consecuencia una producción y difusión musical limitada a propuestas independientes, que luchan por continuar produciendo y creando, aunque las condiciones sean complicadas a nivel nacional, dando mayor apertura a propuestas internacionales.  Siendo esto un costo muy lamentable, pues en general más que ser un movimiento de música es una plataforma que incita a la reflexión de múltiples aspectos contextuales, proyectando en cientos de individuos una posibilidad de manifestarse a través de la música.