La música la escribimos nosotras

Cantamos sin miedo, pedimos justicia

Gritamos por cada desaparecida

Que resuene fuerte: ¡nos queremos vivas!

Canción sin miedo – Vivir Quintana

La Revolución Roja

Desde 1975 la Organización de las Naciones Unidas (ONU) declaró el 8 de marzo el Día Internacional de la Mujer. El 8 de marzo (23 de febrero en el calendario ruso) de 1917 las mujeres obreras de Petrogrado lideraron revueltas para exigir un cambio en las condiciones que vivían. Se le atribuye a Alexandra Kollontai, política rusa, la siguiente frase: “El Día de las Mujeres Trabajadoras de 1917 se volvió memorable en la Historia. Ese día las mujeres rusas levantaron la antorcha de la revolución proletaria e incendiaron todo el mundo”. Existe mucha disputa sobre el origen del día y se le intenta atribuir a incendios de fábricas en Estados Unidos pero, en realidad, este acontecimiento ocurrió en una fecha completamente distinta. Aunado a esto, las mujeres socialistas ya conmemoraban el día internacional de la mujer trabajadora desde 1910 y sin definir una fecha exacta usaban el mismo momento del año para protestar alrededor del mundo. Las mujeres huelguistas salían a las calles exigiendo aumento salarial y mejores condiciones. La exigencia era cubrir necesidades básicas; la exigencia era poder comprar pan para sus hijes; la exigencia era acabar con una guerra que ellas y la gente obrera luchaba interna y externamente.

¿Qué se tocaba en la Revolución Roja? Se tocaba a Khlebnikov y la Radio del Futuro, a Arseny Avraamov de Simfoniya Gudkov y a Nikolai Foregger y las Danzas Mecánicas, entre otras tantas. La música de esta época se caracterizaba por su disrupción a lo tradicional y lo convencional. Lo que se conocía como ruido se volvió música y la música se convirtió en cambio. La música fue exigencia y fue consignas, también fue hartazgo. La música fue desobediencia en notas y desobediencia en las calles. La música es protesta viva, cambiante y sangrienta.

Revolución Morada

Las canciones feministas nos acompañan en las marchas y en nuestros lugares de resistencia. Digo que nos acompañan porque son parte de nosotras. Son nuestros gritos de lucha y nuestra forma de sanar juntas. No hay sentimiento más bonito que cantar Canción sin miedo con tus amigas, tus compañeras de lucha. Canción sin miedo nace de artistas que comparten la necesidad de visibilizar los feminicidios en México. Vivir Quintana, la autora, describe que la canción surgió sin tener título. Estas canciones son vivencias y experiencias, y como esta hay miles. Otro ejemplo es Mare Advertencia Lirika, una rapera mexicana. Su música atraviesa distintas violencias y vivencias. Es feminismo, es cultura, es activismo, es arte y es poesía. Su música es incómoda y llama la atención y la crítica, pero los cambios radicales son así: incómodos y grandes. Son resistencia y ruido.

Hay quién se acata y quién sale de las reglas,

y parece que desobediente soy de este sistema,

no es que yo lo prefiera, quisiera ser lo que esperan,

pero el sexismo hace tiempo no me educa ¡oops que pena!

Incómoda (Manifiesto Feminista) – Mare Advertencia Lirika

En otra intersección entre la poesía y la crítica estaba Gata Cattana. Si bien Gata Cattana es madrileña, la causa por la que luchamos no conoce fronteras y se ve inmiscuida en la vida de todas, aunque sea de diferente manera. Para Gata Cattana hacer su rap era salirse del género y reinventarlo, ponerle su visión huyendo “del machismo, de la marginalidad y el sectarismo del movimiento.” La estrofa la usaba para relatar una lucha contra la indiferencia y contra la injusticia. La lírica es resistencia y ruido.

Déjame ser otra cosa que no sea un cuerpo

Deja de follarme con los ojos ya de paso

Cuando paso por la calle sola en todo momento

Porque me cago en to´

Lisistrata – Gata Cattana

La marcha del 8 de marzo de 2020 fue una sin precedentes con un número de personas nunca antes visto en México. Al hablar con mujeres que estuvieron en la marcha narraban que mientras saltaban cantando las consignas temblaba el piso, se sentía como un temblor. Las consignas que se gritan en las marchas en unísono son música y hacen que tu cuerpo y alma vibren y sientan las vibraciones de la gente a tu alrededor. Este morado que ha inundado las calles por años, ha sido la causa y consecuencia del cambio social, como el vaso que gotea y se derrama hasta convertirse en mar. El derrame morado se puede ver reflejado en el derecho en las sentencias de las juezas. Se puede ver reflejado en sentencias como la de Campo Algodonero y de Mariana Lima Buendía.

Que cumplan los jueces y los judiciales

La sentencia de Campo Algodonero fue un parteaguas para hablar de violencia de género en México. A inicios de los años noventas aumentaron los feminicidios y desapariciones de las mujeres en ciudad Juárez, y esto continuó día tras día, hasta que en 2001 se encontraron los cuerpos de Claudia Ivette González, Esmeralda Herrera Monreal y Laura Berenice Ramos Monárrez en un campo algodonero, y que, como muchas mujeres víctimas de feminicidio en Ciudad Juárez, presentaban signos de agresión sexual. Después de que el caso llegara a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y el Estado mexicano ignorara las recomendaciones emitidas por esta, se promovió una demanda en la Corte IDH por la posible responsabilidad del Estado mexicano en la desaparición y muerte de las tres mujeres de campo algodonero. En esta sentencia se declaró culpable al Estado mexicano por no cumplir con sus obligaciones y garantizar el derecho a la vida, a la honra y dignidad, a la integridad personal y, entre otros, las garantías judiciales.

A nivel nacional, el caso de Mariana Lima Buendía fue el primer feminicidio que se discutió en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN). Mariana había denunciado a su esposo Julio César de violencia física y sexual. El esposo de Mariana era policía judicial y conocía los protocolos en una escena de crimen. Mariana fue encontrada en su cama después de que Julio César alegó que la descolgó del clavo con el hilo de cinco milímetros del que presuntamente se colgó. Los peritos que estuvieron en la escena descartaron el caso, aludiendo que fue un suicidio, a pesar de las inconsistencias en la escena. La sentencia reconoció el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia y discriminación, la obligatoriedad de investigar y juzgar con perspectiva de género y un esfuerzo por proporcionar una reparación integral por las violaciones de derechos huamanos. Irinea Buenía, mamá de Mariana y activista de DDHH fue la que se aseguró de que el caso de su hija fuera atendido con la debida diligencia que siempre debió tener.

Día Internacional de las Mujeres Trabajadoras

Nombramos los fenómenos para darles poder y visibilidad. Nombrar los feminicidios es importante porque viene de un lugar diferente que el homicidio. Nombramos las violencias que vivimos con nuestras canciones, con nuestras demandas. Las nombramos en las calles, en nuestra casa, en los tribunales. Hoy conmemoramos el Día Internacional de las Mujeres Trabajadoras, no el Día Internacional de la Mujer. Al nombrarlo reconocemos a todas las mujeres que lucharon antes que nosotras y por las que hoy luchamos nosotras.

La música y el feminismo no viven en los medios tradicionales. No necesitan instrumentos. La música pueden ser las vibraciones que sentimos entre nosotras. La música pueden ser los gritos que lanzamos al resistir y luchar. La música son las sentencias que confirman nuestras intuiciones. La música la escribimos nosotras. No hay un feminismo hegemónico ni un género musical que perdure ni normas que definan el valor de ninguno de los dos, pero nos escuchamos. Nos salimos de lo que creemos; nos escuchamos. Hoy peleamos por las mujeres trabajadoras; hoy peleo por un feminismo interseccional, con consciencia de clase, transincluyente, por la diversidad sexo-genéricas, antipunitivista -restaurativo-, antiespecista, antirracista, que defiende el derecho a decidir, pro-trabajadora sexual, anticapitalista, antifascista, anticolonial y antipatriarcial. Por un feminismo para todes. Por un feminismo que resuene todo el año, no solo en marzo, no solo cuando les conviene, no solo cuando es cómodo.